domingo, 4 de marzo de 2018

Quienes evolucionan son las personas

La mayoría de los adolescentes atraviesan un período de inestabilidad emocional antes de encontrar y asumir su propia identidad. Si esta etapa está acompañada por una enfermedad o una discapacidad, puede hacerlo más problemático.
Sumando problemas, la sociedad apuesta por la socialización, un proceso que suena bonito, ya que 'favorece el desarrollo igualitario de las personas' a través de la inclusión. El conflicto aparece en aquellas personas que carecen de habilidades sociales. No sólo saben que cuentan con limitaciones y se sienten diferentes entre grupos en los que, aparentemente, son iguales. Sino que, además, les excluyen del intercambio relacional por ser diferentes. Creando, de esta manera, una doble vertiente discriminatoria de la que son incapaces de salir.
Los consejos para estas personas son tan diversos como numerosos. Técnicas para el desarrollo de la comunicación, la expresión de emociones, la resolución de conflictos, el pensamiento positivo, el fomento de la asertividad, asimilación de normas sociales, etc. Pero, ¿estas técnicas harán que la sociedad deje de verles como personas diferentes?
Nos esforzamos en enseñar a una persona a adaptarse a la normalidad, en vez de enseñar a la sociedad a que se adapte a la diversidad. Es injusto que un adolescente se sienta desplazado en una sociedad que presume por ser inclusiva. Una sociedad que se caracteriza por la igualdad, pero que tacha a quienes son diferentes. Una sociedad o, más bien, una ciudadanía que te señala, te etiqueta, te excluye y te aparta. Una sociedad que demuestra que aún no está preparada para adaptarse a todas las personas que forman parte de un intercambio social.
La realidad es que la sociedad está tan cegada en su objetivo de evolucionar, que no se da cuenta que quienes evolucionan son las personas, al ritmo que sea necesario.

No hay comentarios:

Conóceme

Mi foto
C.Real, Spain
Si de una cosa estoy segura, es de que lo importante de la vida es tener alguien a quién amar, algo en lo que pensar, personas con las que reír y llorar; pero sobretodo, nos necesitamos a nosotros mismos.