Hoy, andando camino al instituto, me he puesto a observar esas pequeñas plantas que nacen debajo de los ladrillos. Y he decidido personificarlas. Cada uno de nosotros tenemos uno o varios ladrillos encima que nos impiden crecer y desarrollarnos, por ello cada uno de nosotros no llegamos a lo más alto, pues pensamos que son demasiados inconvenientes y mucho que sufrir, por esta razón solo las hierbas fuertes y que están dispuestas a luchar y sufrir consiguen sobresalir por encima de todos esos ladrillos duros, porque jamás se han dado por vencidos.
Para mi, cada uno de nosotros somos una hierba, cada uno elige que hacer, si rendirse o luchar, si quedarse en la salida o llegar a la meta, si subsistir en el camino fácil o disfrutar en el difícil, si dejar escapar los caminos fáciles o enfrentarse al difícil. Sí, cada uno somos así, porque en esta vida nadie está obligado a hacer nada, somos libres, porque la persona que nos impida hacerlo podemos mandarla a la mierda. Pero como un buen filósofo dijo, las personas somos libres, pero cada una elige si quiero serlo.
Porque podemos ser como un pájaro que vive en una jaula. Este pájaro lleva toda la vida viviendo ahí, pero un día le abren la puerta y le dejan salir, este se retiene. No quiere ser libre, porque prefiere una vida fácil en vez de buscársela por sí mismo.
Cada uno somos libres, tan solo tenemos que decidir si queremos o no queremos serlo. Tan solo tenemos que pensar que en un futuro no muy lejano tendremos que decirlo, pues habrá gente que nos lo impedirá, si somos fuertes, al igual que las pequeñas hierbas, podremos luchar contra cada ladrillo.
¿El consejo de hoy? Sé libre.
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