Miro al infinito intentando descifrar las leyes del Universo y siempre choco con tu sonrisa, la curva que desvía todas mis teorías. Lo he intentado y siempre estás tú, entre lo indescifrable y lo apoteósico. Apostaría una vida a tu lado a que no eres causal, ni profesional, ni mucho menos neutral. Eres una caricia que me toca al pasar y se detiene sólo lo suficiente para volverme imbécil.
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