Te aviso por si un día quieres volver, lo hiciste fatal. Me dejaste sola y hundida, como quien tira una colilla con la cola del diablo malgastada y las cenizas esparcidas por cada rincón donde fuiste consumiéndome. Quizá el problema sea que sólo soy un cigarro más de tu paquete, uno al que saboreaste y fundiste lentamente. No olvides que el exceso de cigarros te dañará, el abuso de ellos te pasará factura, al fin y al cabo, es droga que reclama dependencia. Allá tú. No te guardo rencor, pero por mí como si ardes con uno de ellos, así sabrás lo que es dolor.
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